2 de septiembre de 2011

DESODORANTE

Qué buen invento…y… qué poco se usa!
A ver, una reflexión a todos los gobiernos municipales: para fomentar el uso del transporte público… deberían fomentar primero el uso del desodorante!
Parece que estemos en la Edad Media dónde asearse era sólo privilegio de la nobleza y de las grandes fortunas y el 95% de la población era pobre. Que a las 8 de la mañana ya hace falta traje de apicultor para poder viajar en los medios de locomoción colectivos.

Pero si ya los egipcios eran conscientes de que era imprescindible lavarse para no incurrir en el deterioro de la capa de ozono porqué en pleno Siglo XXI algunos niegan esta evidencia.

Los egipcios tomaban baños con aceites aromáticos de limón y canela para evitar el mal olor y los romanos después del baño se ponían almohadillas con hierbas aromáticas en las axilas. Fue la antesala del desodorante.  

Y otra cosa que los egipcios descubrieron,  es que las zonas húmedas y tropicales son el microclima perfecto para que crezcan y se desarrollen las bacterias. Es el caso de las axilas, que son aquella parte del cuerpo que está escondida y alberga en su seno cantidades de pilosidad que pueden ser de diferentes larguras, grosores y colores. Allí crece la fauna a su antojo y el sudor, inodoro dicen, transforma su Ph convirtiéndose en “horrodoro”. Y así fue como ellos fueron los precursores de la depilación (lo que no sé es cómo lo hacían… otro día investigaré y os lo cuento) más por una moda que por higiene, es decir, como en la actualidad. 


Pero no fue hasta la segunda guerra mundial cuando su uso se generalizó prácticamente en todos los países occidentales.  La marca Odorono fue la que lanzó al mercado el primer desodorante, que al principio se vendía sólo en las farmacias.


A partir de ese momento empieza a surgir una amplia gama de variedades: desodorantes para las axilas, para los pies, para la higiene íntima, para el aliento, para desinfectar y aromatizar el aire, para la ropa, para el cabello, contra el tabaco, sin aluminio, con aloe vera, con feromonas…

También hay que diferenciar entre desodorante y antitranspirante. El primero evita que el sudor adopte mal olor mientras que el segundo lo que hace es inhibir la eliminación de toxinas mediante el sudor manteniendo la piel seca.
Y por si fuera poco, después hay que elegir el formato: en gel, en crema, de bola, en barra, en espray o lo último de lo último: la piedra de alumbre. Esta piedra de minerales se vende en herboristerías y como su propio nombre indica se trata de una piedra de sal cristalizada que hay que mojar antes de cada uso y luego aplicarla en la zona a desodorizar. Los que la han probado dicen que es lo más eficaz para la transpiración. Es importante que después de cada uso se lave bien y se seque bien porque sino su eficacia disminuye. Por cierto, también se utiliza como aftershave y como cicatrizante. Duradero y económico. (Pendiente de probar…).


Sin duda, una gran diversidad para que podamos elegir el que mejor se adapte a nuestra piel o modo de vida. Así que, tomad nota, no hay ninguna razón pra prescindir de él!

CURIOSIDADES:

LEYENDAS URBANAS: Del desodorante se ha llegado a decir que en aerosol puede ser cancerígeno, que disminuye la potencia sexual y que su ausencia permite a los terroristas pasar inadvertidos.

TRUCO:
·         Aplicándolo en el interior de los muslos se evitan esas dolorosas e incómodas rozaduras que aparecen, sobretodo en verano, al caminar.
·         Si te quedas un día sin desodorante puedes probar a ponerte polvos de talco.

3 comentarios:

  1. Tus comentarios son útiles, sorprendentes, originales y divertidos. Geniales, espero que hagas más. Gracias

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  2. ¡ Gran invento sin duda ! tan solo añadiría que resulta tanto más eficaz si se usa después de agua y jabón.

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  3. Anónimo, no puedo más que darte la razón! Sin duda, después de un lavado jabonoso suele ser mucho más eficaz! ;-)

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